Monday 16 February 2009

La Crisis de la Colmena. La Ley de los Rendimientos Decrecientes

Como ya he explicado en anteriores artículos, las leyes naturales no pueden ser ignoradas sin más, De hecho son verdaderas imposiciones, superiores a cualquier voluntad y/o capacidad. Estas leyes se vuelven más claras y tangibles si se trata, por ejemplo, de volver atrás en el tiempo, o rectificar un error, pongamos una muerte que se ha producido como consecuencia de una concatenación de eventos desafortunados. Entonces es cuando llegamos a la conclusión de que no hay forma de vencer el orden del cosmos, o ni siquiera de desafiarlo con ciertas opciones de éxito. Es un orden inapelable y escurridizo a nuestros sentidos.



Uno de los principales problemas de la mente humana es que tiende a situarse en un universo teórico cuyos mecanismos no siempre pueden ser trasladados al universo real. Un ejemplo de esto son los llamados móviles perpetuos; artificios de la imaginación que desafían las leyes naturales. Mientras que por un lado son perfectamente lógicos para nuestros esquemas mentales cuando se intentan llevar a la práctica en el mundo real resultan ser verdaderos fiascos. Un ejemplo de móvil perpetuo sería un vehículo capaz de retroalimentarse de su propio movimiento, mediante un sistema de dinamos, y continuar, gracias a dicho sistema, generando la energía suficiente para seguir moviéndose y retroalimentándose y así ad infinitum... Ese vehículo es perfectamente factible en la IMAGINACIÓN, pero irrealizable en la práctica.



Otra ley natural interesante es la ley de los Rendimientos decrecientes. Esta ley se puede ilustrar con un ejemplo sencillo. Si una persona sola tarda 10 segundos en enhebrar una aguja podemos pensar que dos personas tardarán 5 segundos combinando sus recursos, cuando lo más probable es que tarden 15 ó más. Si seguimos añadiendo personas a la tarea, es posible que los tiempos se sigan incrementando exponencialmente por cada persona extra. Esto, naturalmente es una explicación muy simplificada pero que sirve para ilustrar los motivos de la crisis que está afectando a nuestra colmena humana como iremos viendo en los siguientes párrafos.



Pero antes y a modo de recapitulación, conviene recordar unas cuantas cosas. Lo primero es que el orden que establece el apicultor en su granja se basa en el endeudamiento de las abejas, esto es muy importante. El apicultor ofrece colmenas prefabricadas a sus pequeñas esclavas y por adelantado, además, en un el mismo paquete que contiene un aparente estado de bienestar y seguridad, y a cambio las explota para obtener un flujo continuo de miel, o o que es lo mismo, un flujo de poder. Recordemos también que, a todos los efectos, la miel funciona exactamente igual que el dinero y el dinero es siempre una UNIDAD de PODER que de forma similar a la electricidad debe fluir constantemente, ya que si se almacena usando un ACUMULADOR, por ejemplo, se podrá retener por algún tiempo pero luego, debido las leyes naturales, se irán produciendo pérdidas que acabarán por reducir ese poder a cero. Otra forma de entender el dinero es como tiempo de vida o de libertad. Los apicultores transfieren las unidades de tiempo de las abejas a su cuenta particular. Mientras las abejas trabajan para ellos, ellos se pueden dedicar a dar rienda suelta a su creatividad. Lo que no pueden pretender en ningún caso es acumular ese tiempo para utilizarlo más adelante. El tiempo que no se emplea siempre se pierde y esto último tiene sentido tanto para bien como para mal, por ello debe "fluir".




Antes de seguir quiero hacer un inciso para que quede clara una cosa. Esta página, en principio, no toma partido por nadie, pero si lo tomara no sería por el apicultor, desde luego. Tampoco por las abejas obreras acomodadas, y menos en tanto que sigan conformes con su situación. Tras años de intentos baldíos he llegado al convencimiento de que es imposible despertar a nadie y lo que es peor, que alguien que no está dispuesto a despertar no merece ni siquiera el esfuerzo. Por tanto, las únicas abejas a las que yo apoyo son aquellas con inquietudes, creatividad y espíritu crítico o capacidad para desarrollar alguna de estas características, y que por la razón que sea se hayan visto atrapadas como naúfragos en sus colmenas de IKEA, en Matrix o como lo quieran llamar y deseen o bien compartir sus puntos de vista o bien ayudar a que se produzca el Supercidio.




He querido aclarar mi posición porque lo que voy a explicar a continuación a más de uno no le va a gustar. Pero es la verdad y es lo que suele ocurrir con la verdad, que no agrada a casi nadie.



LA VERDAD ES QUE LAS ABEJAS SE ENTREGARON VOLUNTARIAMENTE COMO ESCLAVAS A LOS APICULTORES.



Muy cierto, pues de ser falso, además, no habría sido posible domesticarlas como es el caso de muchas especies de abejas salvajes.


Mirando páginas y páginas sobre la crisis y a la vez, sobre las teorías de la conspiración, he comprobado que mucha gente se encarga de difundir medias verdades, quién sabe con qué oscuro propósito. Explicando que el dinero se crea como deuda y generando la falsa impresión de que aquí se ha obligado, en algún momento, a endeudarse a alguien, cuando eso no es del todo cierto.

La verdad es que tanto el apicultor como las abejas SON CODICIOSOS, sólo que el apicultor es el único que se beneficia de la codicia de ambos. Podría decir lo contrario y hablaros de lo malas que son las élites y los buenos que son aquéllos pobrecillos que se han metido en hipotecas y préstamos impagables y se han quedado ahora empantanados en esta situación. Pero os estaría mintiendo. La VERDAD no se casa con nadie. No hay BUENOS ni MALOS. Hay depredadores que se hacen pasar por presas y presas que se creen depredadores. Tal vez lo único que falla en todo este sistema sea que, en principio, dentro de la misma especie no deberían existir instintos depredadores, aunque parece ser que eso ya forma parte de la condición humana. Yo todavía quiero pensar que no.

Por tanto el sistema es sencillo y similar a las estafas piramidales: el apicultor estafa a la abeja reina, la abeja reina a los zánganos, estos a las obreras y éstas últimas son las que al final pagan el pato. Pero esta estafa es completamente inevitable y por cada nueva pieza que se añade la va engordando más y más, una y otra vez. Millones de abejas tropezando con las mismas piedras, o subiéndolas como Sísifo a la montaña, no importan los esfuerzos hechos en vano. ¿Por qué ocurre esto periódicamente? Porque existen unas leyes naturales y cíclicas que son difíciles de digerir. Esto provoca que quienes son incapaces de soportarlas y por tanto, propensos a creer en ilusiones, mundos fantásticos y todo aquello que nada tienen que ver con el MUNDO REAL, acaben empujando a los demás por el precipicio fabricado por su propio delirio.


En el mundo real no existe el bienestar o la seguridad, para empezar. Tampoco la miel. La miel, como el dinero hay que fabricarlo con esfuerzo. Pero el apicultor es listo y conoce bien estas leyes. Sabe predecir el comportamiento de las abejas. A mi, por ejemplo, me cuesta mucho creer en un plan divino, pero enseguida entiendo que necesariamente tiene que existir uno, por el siguiente fenómeno: Siempre se puede apreciar un curioso desfase en la forma en la que funcionan las mentes de los semovientes con respecto a la realidad en la que habitan, lo cual no puede querer decir otra cosa que que son dos hechos con un origen muy distinto. La capacidad de los seres vivos de interpretar el mundo es, por tanto, genérica. Si se les introdujera en otro universo con otras condiciones ellos seguirían a piñón con su lógica particular. Terminada esta digresión proseguimos, decíamos que el apicultor conoce bien a las abejas como también conoce la realidad. Sabe que en el mundo real las colmenas no se fabrican sólas y menos justo al lado de campos de flores listos para ser libados. Pues si esto ocurriera sería porque alguien lo habría diseñado así. Las abejas, sin embargo, creen que el caos se ordena por casualidad y doblepiensan y teorizan sobre mundos con parámetros que no existen.... Infinidad de cosas extrañas que no tienen una explicación coherente. De esa forma, en vez de plantearse si no habrá truco en el hecho de encontrarse "por casualidad" una colmena "full equipe" en unas condiciones tan sospechosas, prefieren creer, sin embargo, que el caos se ha ordenado así, por arte de birlibirloque, y sin más preámbulo, deciden instalarse en la colmena que no han construído con su propio esfuerzo. Esto es lo que se dice pedir un préstamo.


El caso es que alguien ha tenido que aportar el esfuerzo y los materiales para construir la colmena y dicho alguien seguramente, quiera una recompensa por sus esfuerzo. La ley del mínimo rendimiento nos viene a decir que si no hubiera mayor recompensa en hacer algo las cosas sencillamente SE QUEDARÍAN SIEMPRE COMO ESTÁN. Ésta es la razón por la que existen los estímulos, para que los semovientes venzan su natural tendencia al mínimo esfuerzo y produzcan un resultado mayor que el estímulo que reciben, como si fueran transistores. Por tanto el apicultor no puede poner la colmena sin más, ya que si no las abejas se volverían vagas y dejarían de producir. Por lo tanto tiene que establecer, de algún modo, una dependencia de las abejas hacia él mediante un estímulo permanente, LA MIEL. Pongamos que el apicultor al principio se queda con el 25% de la miel y que completa el resto con agua y azúcar para que las abejas sigan viviendo. Las abejas gradualmente se irán acostumbrando a rendir un 25% menos de acuerdo a la ley del mínimo esfuerzo y por lo tanto el apicultor se verá obligado a recolectar el 50% de la miel para seguir obteniendo el mismo o mayor beneficio y hasta es probable que empiece a poner más colmenas para conseguir rendimientos que le permitan a él mismo vencer su propia ley del mínimo esfuerzo. Poco a poco la miel de las abejas se irá devaluando porque cada vez contendrá más agua y el apicultor deberá permitir que abejas extranjeras entren en la granja para seguir obteniendo beneficios crecientes. Las abejas extranjeras, al principio, estarán menos acomodadas ya que se encontrarán aún en el primer estadio y el apicultor aprovechará este hecho para explotarlas incluso más que a las otras para compensar las pérdidas debidas al acomodamiento que sufren las abejas originales. Con tantas abejas recolectando al mismo tiempo, los cultivos de flores se saturarán de polinizadoras y empezarán a rendir negativamente, como cuando se intenta enhebrar una aguja entre más y más personas. La miel, para aquel entonces, habrá dejado de tener valor alguno ya que estará completamente aguada y será tan abundante como el propio agua. Dicho de otra forma, el dinero dejará de tener valor.


Ahora la pregunta, ¿qué puede hacer el apicultor ante un exceso semejante de abejas con respecto a la escasez de los recursos necesarios para explotarlas y mantenerlas? ESE ES EL PROBLEMA AL QUE NOS ENFRENTAMOS.


Es cierto que el dinero se genera como deuda pero no por la naturaleza malvada del apicultor como se hace creer sino para ejercer control sobre las abejas que han preferido ser explotadas y protegidas por dichos apicultores antes que afrontar la CRUDA REALIDAD por ellas mismas. Ten en cuenta que el disponer de dinero en una sociedad liberal es un servicio y como todos los servicios tiene un precio (LA DEUDA). Tienes que calcular el coste de tener cajeros en cada esquina y en cada país del mundo, de la seguridad que da tener los ahorros almacenados y administrados por bancos y sobre todo, que muchos de vosotros habéis contribuído al endeudamiento y a la inflación tomando créditos alegremente cuando os ha convenido, sin que nadie os forzara a ello.


Pero no os confundais, el hecho de que el estafado sea tan culpable como el estafador no exonera a este último de culpa. El apicultor sabía como iba a terminar esto y ha empleado todo su poder para mutilar las alternativas. Ha bloqueado las vías de escape, con leyes que encarecían y dificultaban las salidas a la colmena hipotecada. Ha extendido su administración y sus redes de forma que los únicos reductos a los que escapar fueran desiertos y espacios invivibles. Ha fomentado una educación adulterada para las abejas desde muy jóvenes para mantenerlas en la ignorancia y las ha indoctrinado con todo tipo de basura y veneno para la mente y para el espíritu. Ha deteriorado todos los valores y ha hecho creer que él tenía la solución a todos los problemas.


Ahora que la crisis está empeorando a cada minuto es cuando se ve de forma cada vez más clara que se acaba el tiempo y que no hay salidas. No existen fórmulas mágicas, hemos entrado en rendimientos decrecientes. La única salvación posible para las abejas es que en el póker de los acreedores y los deudores ellas tomen la delantera. Si el apicultor quiebra antes que las abejas, éstas estarán salvadas, en caso contrario ganará la banca.

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