El mito de Supersísifo

No puede existir un mundo sin desempleados; si existiera los funcionarios de la oficina de empleo incurrirían en una paradoja. Esa es la coartada sobre la cual se articula el principal crimen de la sociedad: mantener cautivos a los titanes, enredados en crueles castigos circulares. A las élites se les puede llegar a perdonar casi todo; el flúor en el agua, los chemtrails, la gripe A, los sacrificios rituales, los fármacos, etc. Lo que es imperdonable es el acaparamiento de la inducción. Sin inducción para compartir entre nosotros el mundo se vuelve insoportable y soporífero; la carga de un pedrusco a lo alto de un monte para, una vez arriba, ver como éste rueda ladera abajo arrastrando con él todo tu esfuerzo. Y de ahí la raíz de todos los males, de lo efímero e inconsistente de nuestros logros.

Mediante la inducción surgen todos los sentimientos que dan lugar a la historia de nuestras vidas. Uno se procura tal amistad por la capacidad de ésta para inducirte, para llevarte a un estadio distinto de realidad, uno al que nunca hubieras accedido sin conocer a esa persona. Inducir es el mecanismo que permite luchar contra la inercia de los cuerpos y eso es lo que las élites han monopolizado.

En artículos anteriores ya he comentado como el sol acapara nuestra inducción. Los planetas orbitan alrededor de él, están inducidos; y los seres pensantes aún creen que el sol es su fuente de energía; jamás caerían en la cuenta de que es justamente lo contrario. Nosotros entregamos nuestra energía al sol y no a la inversa, el sol sólo nos devuelve el reflejo de nuestra propia entrega. De la misma forma uno se podría pensar que el sistema eléctrico de su hogar trabaja para él, cuando lo que sucede es que uno trabaja para pagar y mantener el sistema eléctrico y el suministro continuo de corriente. Y otro tanto se podría decir de los coches, las motos, etc, consumen nuestra energía y nos devuelven MENOS de lo que nosotros hemos entregado; si esto último no fuera cierto no haría falta trabajar más, es pura lógica.

¿Y por qué digo que las élites han acaparado la capacidad de inducción? O lo que es más importante, ¿cómo lo han hecho? Pues muy sencillo, poniendo a la mayoría al mismo nivel, independientemente de que esto se ajustara a la realidad o no, y elevando por encima de dicho rasero a aquellos que supieran inducir y canalizar dicha inducción hacia las propias élites: LOS DIOSES HUMANOS. Pongamos un médico, por ejemplo, ¿qué es un médico, para empezar? Normalmente, en la sociedad actual, es alguien sin dotes ni cualidades para la profesión (ojo clínico, don de gentes, diagnosis) que se ha visto atraído (inducido) POR EL ESTATUS asociado con la práctica. Pero de dónde ha salido dicho estatus cuando la medicina es una profesión sacrificada, sucia, que requiere especialización y reciclaje continuo. En realidad, los médicos, tradicionalmente, y por el puro ejercicio de la profesión NUNCA HUBIERAN ALCANZADO UN ESTATUS ELEVADO. Es precisamente la industria farmacéutica la que ha enriquecido a los matasanos gracias a la 'receta médica'. Cualquiera que haya ido a una consulta y sea minimamente perspicaz, se habrá dado cuenta de que los bolígrafos, calendarios, reglas, carpetas, etc, y en ocasiones hasta las batas, tienen inscrito el logo de alguna distribuidora médica o farmacéutica. De hecho, y esto se puede percibir mientras espera uno a ser atendido, aquellos médicos que recetan menos son, a su vez, los que menos éxito cosechan entre sus pacientes. La gente ha sido indoctrinada para asociar MEDICAMENTO ~y~ CURA MILAGROSA.

Este ejemplo con la profesión médica puede ser trasladado a cualquier campo o área del conocimiento. En todos ellos hay gurúes controlados por las élites que dictan las tendencias y las modas; monopolizando con ello la inducción.

Con toda la inducción orientada hacia los nodos de las élites, al ser humano sólo le queda la INERCIA, el aislamiento. Somos asteroides flotando en el éter y colisionando violentamente al azar. Nos resulta intolerable que otro asteroide pretenda acaparar nuestra inducción que destinamos exclusivamente a aquellos planetas con la gravedad necesaria para mantenernos orbitando alrededor de ellos. Dichos planetas, retomo la paradoja de los funcionarios de empleo, son especialistas que ofrecen soluciones exógenas, sencillas y homologadas = alimentadores de inercia. La inercia siempre nos hace preferir una solución exógena, aquella que parte de fuera de nosotros mismos, que una endógena, pues esta última requiere esfuerzo de nuestra parte, que salgamos de nuestro campo inercial. La sencillez, por su parte, nos simplifica el análisis de lo apropiado de dicha solución para nuestro caso particular, independientemente de que eso le reste fiabilidad pues la fiabilidad la obtenemos de la cualidad de homologado que le presuponemos a la fuente = gurú. Las élites acaparan la inducción gracias a la especialización homologada. Por eso no es posible que deje de haber desempleados y, además, con una tasa del 5% de paro ya se considere un país en el pleno empleo. Desde que hay especialistas es necesario que exista un flujo continuo que alimente su especialización para mantener el poder de los inductores. Para que existan las farmacéuticas tienen que existir los médicos y para estos últimos tienen que existir los enfermos, los pacientes, y para estos las enfermedades (hasta éstas brotan de forma especializada). De esa manera no hay excedente de inducción, sólo inercia, sólo Sísifos, en sus grises oficinas, subiendo el pedrusco a lo alto de la montaña. Gastamos nuestra energía = tiempo, induciendo a la roca, en lugar de partir hacia Ítaca.

Pero como siempre las élites no son las únicas responsables. Las masas y su inercia son los mayores contribuyentes; antes compran un Best Seller que leen un clásico gratuito. Porque el Best-Seller va en consonancia con lo efímero de su propia levedad, porque el Best-Seller reune las 'cualidades' de especializado, que facilitan la vida; y no digamos ya en comparación a los autores amateurs que pululan en Internet, yo incluído. De entre estos sólo pueden alcanzar alguna notoriedad aquellos que guardan cierta correspondencia con sus homólogos dioses humanos por cuanto ofrecen soluciones fáciles, de poco pensar: vendrán 10.000 millones de naves del espacio a salvarnos, la mafia asiática ha amenazado a los Illuminati para que paren con el desarrollo de sus planes, Obama cambiará todo con un lema de esperanza - PLACEBOS para la CONCIENCIA. ¿Qué éxito puede tener una página que promueve el esfuerzo y la responsabilidad personal como únicas vías para salir del laberinto con un corte de manga al minotauro?

Pero yo también necesito algo de inducción para daros luz, como la instalación eléctrica de vuestras casas. Necesito oír comentarios que vayan más lejos de los míos, necesito el relevo de otros que tomen el púlpito y canten sus propios sermones. Porque cada vez que doy algo de mí, me consumo; necesito retroalimentarme. Yo abrí este foro, como decía Camus, como una alternativa al suicidio en vida, a la muerte intelectual, a la resignación de ser uno más cargando con la roca hasta lo alto para luego verla caer, o un asteroide cualquiera dentro del gran cinturón de asteroides. Sin inducción mutua la nave nunca partirá a Ítaca, solo los celos de dos piedras inermes, pujando por llegar primero a orbitar aldededor de la estrella de la muerte.