Tuesday 11 August 2009

Entrevista en exclusiva con el arador de la sarna

Nos encontramos hoy en el plano, en la segunda dimensión, dentro de un ordenador Hewlett-Packard, y con el famoso arador de la sarna para conocer, en primicia, sus impresiones sobre el sistema en el que habita.

P:> Buenos días, arador, ¿qué nos puede contar de su realidad?

R:> ¿Mi realidad? sí, es una realidad bidimensional muy compleja dentro de un sistema caótico impredecible

P:> Ah, ¿si? Y eso ¿cómo se lo podríamos transmitir a nuestros lectores?

R:> La verdad es que no sé. Es todo muy complicado. Aquí, donde yo vivo, existen unos caminos complejísimos, inextricables, donde ocurren cosas inesperadas todo el rato.

P:> ¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas?

R:> No sé, atentados misteriosos, por ejemplo. El otro día iba un arador tan tranquilo por allí mismo y lo electrocutaron vivo.

P:> ¿Allí? ¿Se refiere a la fuente de alimentación? Pero es lo más normal del mundo. ¿No vé que la corriente eléctrica entra por ahí?

R:> Pues yo he pasado cientos de veces y nunca he tenido ningún problema.

P:> Será porque estaría apagada. Y díganos, ¿cómo funcionan estos circuitos impresos?

R:> En mi vida he visto uno de esos, he oído hablar de ellos, alguna vez, pero no son más que teorías de conspiranoicos y pirados

P:> Pero si está usted ahora mismo sentado sobre uno

R:> Oiga ¿y a mi que me cuenta? ¿No ve que yo soy un arador?

P:> Tampoco es para que se ponga así... pero usted lleva toda su vida encerrado aquí ¿y no se ha dado cuenta de que esto es un ordenador, que está todo estudiado y que sigue unos ciclos de encendido y apagado?

R:> Pero no diga tonterías, hombre, que la realidad es mucho más compleja de lo que usted se imagina.

P:> Pero que no, arador, que no. Mire, la corriente entra por la fuente de alimentación a la placa, que es donde usted vive, y la placa sirve de base para el procesador y para el resto de los componentes, y todos funcionan coordinadamente para que un ser de la tercera dimensión, pase el tiempo diciendo tonterías y leyendo esta entrevista en Interné.

R:> ¡Qué no hombre, qué no! Que eso son patrañas sin ninguna credibilidad, sin fuentes fiables ni revisiones de pares...

P:> ¡Pero qué fuentes fiables ni qué niño muerto! Pero si tengo aquí mismo el manual que lo dice muy claro: presione 'On' pare encender el ordenador.

R:> Eso es una falsificación, a ver, quién lo firma.

P:> Pues aquí dice que la casa Hewlett-Packard.

R:> Qué no, hombre, qué no, que la realidad es cómo es, plana, bidimensional, caótica.

P:> Bueno, pues nada. Es imposible razonar con usted, arador, y díganos, ¿qué tiene que contarnos sobre la gripe -A?

R:> Pues me alegro que saque este tema porque me he ofrecido voluntario para que la prueben conmigo.

P:> ¡Qué Dios le pille confeso arador! Muchas gracias por el tiempo que nos ha dedicado y hasta la próxima.

2 comments:

  1. Pongamos que el "arador" de otra entrevista, entiende al entrevistador y pone esa información a disposición de otros "aradores" de su mundo bidimensional.

    Mi pregunta inicial es: ¿Como logrará que no se lo carguen?

    P.D. Y, ¿Sería más sencillo o factible si coincide con una gran mortandad de "aradores" electrocutados?

    Saludos, placa base.

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  2. Bueno Jesús,

    Esta es la parte más complicada de todo lo que he tratado de transmitir. Que el arador es la primera línea de fuego de las élites; un desierto bidimensional que resistirá cualquier intento que se haga por redimensionarlo. En otras palabras, el arador es tan perverso como las élites o más; perverso, pero no en un sentido subjetivo de la palabra.

    El arador es el pulgón que las hormigas usan como si fuera ganado. No intentes convencer al pulgón de que las hormigas lo explotan, porque por su naturaleza gregaria, el pulgón NECESITA A LAS HORMIGAS:

    http://www.fotomaf.com/blog/10/12/2006/la-simbiosis-de-hormigas-y-pulgones/

    En realidad, el único elemento anómalo somos nosotros; abejas reinas castradas/frustradas que nunca llegaran a dirigir la colmena. El resto mantiene un tenue equilibrio que les sirve para satisfacer sus instintos más primarios el tiempo que les toque vivir.

    Y es que las abejas reina nacemos diseminadas, esparcidas, perdidas en el entramado de la colmena; hasta que nos damos cuenta de nuestro papel y de porqué nunca encajamos con ninguna de las tareas que al resto les resultan sencillas y llevaderas. Entonces ya es demasiado tarde, aparte de que nuestra existencia, nuestra aparición en la colmena, ha sido prevista por las reinas actuales y, éstas, se han encargado de poner avisos subliminales por toda la colmena para evitar que ninguna obrera coopere con nosotros. No nos matan de facto, pero nos matan anulándonos con respecto al cometido que nos fue encomendado en esta vida; y esa, es tal vez, el más cruel de los castigos en el reino animal, el del macho alpha que muere sin haber encontrado jamás su manada. Es la oposición más dura y con más candidatos y sólo los que ya tienen puntos pre-otorgados por las élites la suelen pasar.

    Un saludo

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